Toribio Mogrovejo. Santo
           [957](1538-1606)

 
   
 

      Arzobispo de Lima, nacido en Mayorga de Campos, en Valladolid. De familia sencilla y agricultora de Castilla. Fue educado en Valladolid y luego en Coimbra. Más tarde marchó a Salamanca  y se formó en leyes con un tío suyo. Llegó a ser profe­sor en la Universidad de la misma ciudad de Salamanca. En 1573 fue conocido por el rey Felipe II en un despacho suyo en Madrid. Y causó tan buena impresión al monarca que le designó Gran Inquisidor de España a pesar de que no era eclesiástico. Luego le nombró Arzobispo de Perú. Recibió las Órdenes Sagradas en 1578 en Granada y dos años más tarde fue consa­grado obispo, viajando por el Nuevo mundo y llegando a Lima en 1581.
   Su entrega pastoral fue admirable. Recorrió a pie, bauti­zando y enseñando a los nativos, su extensa diócesis al menos tres veces. Se calcula que bautizó a medio millón de feligreses que admira­ban su sencillez y pobreza. Entre las almas cautivadas por su sencillez se cuentan Santa Rosa de Lima, San Francisco Solano, San Martín de Porres y San Juan Macías.
   Pero tuvo mucha inquietud por el bienestar material de sus feligreses: cons­truyó caminos, escuelas, capillas, hospitales y conventos. Fundó el primer Seminario Americano en Lima en 1591. Con­vocó trece sínodos diocesanos y tres concilios provinciales.
   Preparó un catecismo trilingüe (castellano, quechua y aymara), según había pedido el concilio diocesano, y lo editó en 1581. Llevaba por título “Doctrina cristiana y catecismo para la instrucción de indios”. Fue el primer libro impreso en el Virreinato y tal vez el mejor catecismo de los dedicados a la formación de los nativos en el Nuevo Mundo
   Predijo el día y la hora de su muerte, que le vino como consecuencia de las fiebres contraídas en el último de sus viajes en Pacasmayo. Y expiró en el Santuario de Sana, a donde a duras penas pudo llegar ya moribundo. Fue beatificado por Inocencio XI en 1697 y canonizado por Benedicto XIII en 1726.